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lunes, 13 de diciembre de 2010

Ultimos dias en Fiji

Los ultimos dias en Fiji los pase en Nadi, en el mismo sitio donde pase los primeros. Aunque cambie de alojamiento. Estuve en Smugglers Cove, a solo unos metros del anterior albergue.


Aqui estaba subida en la terraza.


La segunda (y ultima noche) hubo bailes tradicionales de diferentes islas: Tahiti, Cook, Tokelau, Fiji...


Y tambien fire dance (baile del fuego).


La playa de Wailoaloa el dia en que cogi el vuelo.


Mi cama era la de arriba. En esta habitacion habia nada menos que 34 camas... todas ocupadas y nadie roncaba! Increible.


El ultimo dia aproveche a dar la ultima vuelta por el pueblo y me monte en un autobus local...


...que se estropeo a los pocos minutos de cogerlo y unos cuanto cogimos un taxi compartido.


No era este taxi, pero podria ser.


Nadi esta centrada en el turismo, pero aun asi es bastante pobre.


Lo que mas me gusto fue este templo indio de Sri Siva Subramaniya.


Era todo de colorines.



Una puerta de la calle principal, todo lujo.
Un puesto indio en la estacion de autobuses.
En Nadi hay una parte importante de la poblacion india... aunque no son nuevos inmigrantes: el gobierno ingles los trajo a Fiji a trabajar hace 6 generaciones.
Un autobus. Este tambien tiene pinta de romperse, especialmente si va por las mismas carreteras por las que fuimos nosotros por el este de la isla.
Y otro autobus. Si se pone un nino muy grande al lado pareceria de juguete, pero en Fiji son todos asi.
Y vuelta al mercado...
Esto es un puesto indio. Los indios son muy buenos en los negocios, mejores que los fijianos, asi que hay evidencias por toda la isla. Eso si, son supersticiosos. El primer cliente del dia tiene que comprar algo y bajaran el precio lo que haga falta, hasta por debajo del coste. Y es que si no compra, es mala senal para el resto del dia. Yo consegui (aunque sin ser la primera clienta del dia) que un taxista me llevara del centro de Nadi al albergue (unos 7km) y de ahi al aeropuerto (otros 10km) por 12 dolares... unos 5 euros.

Mas fruta.

Y el momento en el que no me queria ir a casa... queda claro porque.

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