Había algunos problemas. Uno, la oficina estaba perdida en medio de un parque nacional (Dartmoor N.P.). Un sitio bonito, pero incomunicado con el mundo exterior. Ello suponía vivir con la familia del jefe de la empresa. Dos, ninguno de mis compañeros iban a vivir cerca mío. Tres, encontrar comida sin gluten se antojaba algo complicado.
Ahora no tengo a Anouk pero el pequeño Bertie y Artie cubren como pueden ese hueco.
Al final, como pasa con todas las cosas de la vida, si realmente se quiere se traspasan todas las barreras. En mi caso he de admitir que he tenido que abrirme totalmente. Asumí que la experiencia que iba a vivir era completamente al de la mayoría de los estudiantes que hacen prácticas en el extranjero. Algunas personas que vinieron aquí se marcharon al poco de llegar. Y sin embargo, he de decir que esto es maravilloso.
Un caballo de camino al trabajo.
Me despierto a las 8.20, porque no tengo hora fija de entrada al trabajo (9.00-9.30) y vivo a 5 minutos andando de la oficina. Desayuno en una cocina típica del countryside inglés: tostadas, tortitas, cereales, leche, zumo, queso, huevos revueltos... Voy andando tranquilamente por un camino con vistas a los valles del parque, todo verde.
Esta es una parte de la cocina en la que desayuno. Una pequeña parte...
Antes de entrar en la oficina me paro a observar unos segundos las casas del pueblo. Entro en la oficina. Los compañeros me saludan, me preguntan qué tal he dormido y si he bajado andando, y me ofrecen café y té. Empieza la jornada. Me quedan 8 horas delante de un Mac. Todo en la oficina son Macs, así que he tenido que aprender a utilizarlos. Empiezo a meter mano al proyecto que me han encomendado: centros comerciales en España y sus acciones de marketing. Veo necesario matizar que la empresa está especializada en marketing de centros comerciales en todo el Reino Unido. Mi trabajo consiste en un análisis profundo del mercado español, de observar aquellos puntos débiles que son potencialmente mejorables y aquellos puntos fuertes que la empresa podría imitar.
Trabajando con el mac.
A lo largo de esas 8 horas pasan muchas cosas. Podemos ir al pub a beber una sidra inglesa. Puedo salir a dar una vuelta equipada con abrigo y botas para ir a sacar fotos. Me preparo una comida después de una visita express a la tienda del pueblo (alubias, arroz, patata, maíz, plátanos, ... lo que caiga). Miro mi correo (cada 10 minutos de forma inevitable). Se me puede acercar Michael, uno de mis compañeros, a contarme historias sobre sus viajes a Irlanda para hacer surf o sus campeonatos de squash. O Charmaine, de Canadá, a contarme sus proyectos en colegios. O David para enseñarme a hacer té y gastarme una broma. O Donna para preguntarme sobre la vida en España.
El pub que está al lado de la oficina.
A las 4 ya se empieza a hacer de noche y tengo la sensación de que el día se va agotando, pero todavía queda una hora para que Mich me acerque a casa con el coche porque no hay farolas en el camino. Me queda toda una larga entera por delante para ver una película, idear un proyecto, pensar, ver la tele, ducharme... y todo aquello que se me pueda ocurrir para hacer dentro de casa. Estoy pensando en hacer postales y comprarme lana y agujas... el ambiente creativo en casa me está afectado.
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