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miércoles, 30 de noviembre de 2011

Lustleigh

Trocitos de calabaza dulces al horno. Botas llenas de barro en la entrada. Dos perros mimosos de color chocolate. Mantas. Bols de colores pastel y corazones. La estantería del té, el café, el chocolate, la mantequilla de cacahuetes y la mermelada. La casita del árbol. Leer al lado de la chimenea. Postales de Navidad hechas por Rob. Pastel de pescado y patata. Plato de quesos ingleses. El ambiente creativo. Las cazuelas colgadas de la pared. La ropa diseñada y confeccionada por Izzy. La caravana a marras rojas y blancas que sirve para grabar festivales de verano. La ropa cómoda y desenfadada. El rollo hippie. Los Macbook y iPhones por toda la casa. Los pasteles de Ruth. Los vecinos y amigos que entran y salen. Las comidas con mucha gente. Los cubiertos desgastados. La ducha calentita. Los tés inesperados. La comida orgánica y "free range" (que cuida las condiciones en que viven los animales). Cocinar lento. La ropa que se seca frente a la cocina antigua. La cama elástica, la casita de madera y el ger para las fiestas de verano. Los picnis. Las gallinas que ponen huevos.

Esta no es la entrada que esperabais sobre mi vida en Lustleigh, ya lo sé. Pero tampoco es esta la vida que me imaginaba.

Os dejo unas fotos para que entendáis lo que es vivir aquí... hay inspiración por todas partes.

La entrada hacia la casa...

Izzy, Rob y Harriet en una parte de la cocina. En esta zona la familia utiliza el portátil, cose, cocina, diseña, pinta...

Harriet, la hermana del medio con el vestido rojo tiene una empresa de grabación de festivales de música en verano y el camión de atrás es su estudio de grabación. Lo decoró ella.

La familia vestida de hippies frente a la casa.

martes, 22 de noviembre de 2011

Dartmoor National Park

El domingo por la mañana fuimos al Parque Nacional Dartmoor con Friar, un hippie de los 60 que dedica todos sus domingos a realizar excursiones por Devon con estudiantes extranjeros en su furgoneta. Nos contó un poco de su interesante vida, como que había dedicado unos años a realizar bolsos con cuero (negocio con el que ganó mucho dinero), que había viajado solo por Nepal durante 3 meses o que fue en kayak desde Inglaterra hasta Grecia. Friar no tiene ánimo de lucro y solo cobra por la gasolina que gasta. Lleva haciéndolo 16 años.

El techo de la furgoneta de Friar lleno de fotos de recuerdos.

La excursión empezó desde el momento en que nos bajamos de la furgoneta. Las casa que se ve justo aquí abajo es lo primero que vimos: la típica casa inglesa. El paisaje era una maravilla.


Son English countryside cottages y son muy típicas por aquí.

El grupo que hicimos la excursión (Florence, Vera, Friar, Rubén, Iratxe, John, Josu y yo)

Luego nos adentramos en el bosque. Era precioso, pero no muy diferente al que se puede ver en el Gorbea en otoño. Ríos, pequeñas cascadas, árboles altísimos, todo lleno de hojas…



A mitad de camino hicimos una parada para comer los bocadillos que nos habíamos preparado y después seguimos la caminata hasta llegar a un típico pub inglés perdido en el parque que tenía billetes de todos los países pegados por el techo y un gato sentado en un taburete.

Almuerzo.

Vistas desde lo alto de una colina.

Llegando al pub...

Ya casi estamos (empujar la puerta)

Los grifos de cerveza y sidra.

El bar era muy acogedor.

Cuando volvíamos a la furgoneta también vimos caballos...

...y burros salvajes bastante cariñosos.

El camino se hizo más duro a la vuelta, cuesta arriba y casi de noche, pero mereció la pena.

Torquay


El viernes por la noche fuimos a Torquay como no, para salir de fiesta. Por aquí los españoles tenemos fama de fiesteros pero lo cierto es que los ingleses no pueden hablar precisamente muy alto. Ellos admiten que la fama de bebedores que se les ha dado es porque la merecen y la verdad es que si por algo llamábamos la atención los españoles en la discoteca Mambo, era por ser más tranquilos que el resto.

El grupo.

A las 3 se acaba la fiesta por aquí (sino es mucho antes), así que cogimos el bus a esa hora para llegar a Totnes y al día siguiente volvimos para ver Torquay de día.

Calle principal llena de tiendas.

Había un ambiente increíble ya que X-Factor (el Operación Triunfo inglés) daba una gala de Navidad en mitad de la calle principal llena de tiendas, decoración navideña y restaurantes. Me dio la sensación de estar en Estados Unidos por un momento porque era una avenida enorme.

Niños cantando villancicos.

Tienda de dulces.

Como curiosidad, ya hace unos días que nos dimos cuenta del nivel de cutrez que pueden alcanzar los ingleses (nos lo habían avisado ellos mismos), pero esto me llamó especialmente la atención:

Un coche con pestañas??

Lo más conocido de Torquay es el Pavillion, que creo que es un hotel; y el puerto. Es el destino típico de vacaciones de muchos ingleses (algo así como Salou pero con menor cantidad de hoteles).

El hotel Pavillion de noche.

Y estas son fotos en el puerto...

Dartmouth

Dartmouth es un pueblo en la costa que será aproximadamente como Totnes en lo que a tamaño respecta, pero en vez de ser hippie y alternativo, es un pueblo más bien pijo. Fuimos a visitarlo el miércoles pasado en una excursión organizada por Brian, que se encarga de todas las actividades de los miércoles por la tarde que no tenemos clase. El precio fue simplemente el billete en autobús.

El puerto.

Una casa bonita.

Una casa hecha por españoles... y torcida!

Es un pueblo realmente bonito en el que aceptaron construir una estación de tren pero que tras la construcción decidieron que finalmente no querían tren, así que hoy y desde siempre, la estación de tren es un restaurante. Tiene un puerto muy bonito, unas casas preciosas y unas tiendas increíbles, para variar.

El restaurante de la estación...

Puerta para hobbits

Esta era la casa más antigua del pueblo

Sin embargo, no pudimos disfrutar de la excursión al 100% porque estaba diluviando, y después de una ruta por el pueblo acabamos en el bar-estación.

La Navidad ya ha llegado.


Otra curiosidad es que los cementerios siempre están alrededor de las iglesias, y no tienen panteones como nosotros, sino simplemente lápidas.

Vivir en Totnes

Llegamos a Totnes el domingo 13 de noviembre por la noche, después de un vuelo Bilbao-Heathrow y un largo trayecto de autobús de más de 5 horas. Las familias que nos acogían fueron llegando puntuales. Menos la mía. Bueno la mía llegó, solo que no se acercó a mí y la familia que acogía a las 2 chicas que viajaban conmigo me llevó a casa y se puso en contacto con la mía. Al final me tuvieron que ir a buscar a la casa a la que me habían llevado provisionalmente, una casa estupenda en la cual la familia que acogía era la mar de agradable, la casa decorada con muy buen gusto, las dos habitaciones de estudiantes impresionantes, baño privado con bañera y jacuzzi, sala de tele...

Mi habitación

El barrio donde vivo, camino del colegio.

Es el único punto “negro de la estancia”. Todo lo demás es perfecto. Cuando llegué a la mía lo primero que estuve a punto de hacer fue pisar un orinal. Usado. Los niños (Bethany de 4 años y Ellies de 2) me esperaban cenando con su madre. La casa estaba hecha un desastre, desordenada y con todo por el suelo, los platos sin fregar. No me hablaron mucho así que me subí pronto a mi habitación, de aproximadamente 2m2 con una cama y un armario desmontable. No hay internet, ni cobertura de teléfono. Los niños se levantan entre las 6.30-7 y el pequeño coge rabietas constantes por lo que a veces dormir es complicado. Mi desayuno consiste en un vaso de leche fría (no hay microondas) y zumo. No me compran nada para desayunar. Muy pronto me di cuenta de porque mi familia acogía estudiantes.

Pero prefiero no hablar mucho de la familia. Podía haberme quejado y posiblemente me hubieran cambiado, pero decidí aguantar ya que al fin y al cabo apenas paso tiempo en casa. Y los niños me saludan efusivamente y por eso también me da pena. Ahora lo llevo mejor e intento hablar siempre que puedo y para el desayuno, simplemente me he comprado cereales.

Es el único punto “negro de la estancia”. Todo lo demás es perfecto. Los compañeros con los que vine desde Bilbao, el pueblo, la escuela, …

Rubén y yo en la orilla del río Dart.

Totnes es un pueblo de tan sólo 8.000 habitantes, pero es un lugar especial. Te das cuenta de que es especial en las dos primeras horas. Junto a Brighton, son los dos lugares más “hippies” de Inglaterra. Las calles están llenas de ropas viejas y anchas, vegetarianos, restaurantes indios, artistas, productos ecológicos, rastas y mercadillos de segunda mano. Es pequeño, pero puedes encontrar desde los productos más alternativos (con gran variedad de cosas para celíacos) hasta lo último de lo último, tiene absolutamente de todo y unas tiendas en las que sería capaz de destrozar la tarjeta de crédito en poco más de una tarde. Cuando vas andando y te vas fijando en los escaparates tienes la sensación de que todo es bonito.

La iglesia de Totnes

La región está repleta de valles verdes llenos de ovejas que en su mayor parte pasan el día debajo de la niebla, y cerca del Parque Nacional Dartmoor, en el que estuvimos el último domingo de excursión. La arquitectura tradicional todavía está presente. En el campo se pueden ver las típicas casas inglesas de piedra con tejado de paja, mientras que en los pueblos algo más grandes como Totnes hay otro tipo de casas de adobe y madera, también típicas.

La escuela está a 20-25 minutos andando desde mi casa. Tengo la suerte de que dos compañeros, John y Florence viven cerca así que vamos juntos. La clase empieza a las 9.00 y a las 10.30 tenemos descanso. A las 11.00 volvemos a clase y a las 12.30 tenemos una hora para comer. En la escuela hay una sala de estudiantes con cubiertos, microondas, mesas y cosas para preparar té y café y ya es casi como una segunda casa. Allí nos preparamos el “lunch” que suele consistir en arroz de sobre (que sale buenísimo y se prepara en 2 minutos), un sándwich o una ensalada. A las 13.30 volvemos a clase hasta las 14.45. Son clases amenas. Tenemos 3 profesores: Sandra y Neil, con los que le damos un buen repaso a la gramática y al vocabulario; y Chris, que se pasa la hora contándonos su vida y con el que siempre acabo con dolor de mandíbula de tanto reír. Aunque en general las clases son de conversación ya que según la escuela, todos tenemos un nivel demasiado alto como para estar repasando gramática y vocabulario constantemente.

En clase estamos los 6 españoles, que podría ser un problema, pero lo cierto es que hablamos inglés en clase (fuera no, la verdad, y prefiero que sea así). Cuando llegamos el primer día solo había otros 3 estudiantes, 2 suizos y una italiana. Ahora ha llegado un grupo de 8 franceses pero que son bastante más pequeños. Fuera de clase nos solemos juntar con el chico y la chica suizos, una alemana y un francés, lo que nos obliga a comunicarnos un poco más en inglés.

La clase (de izquierda a derecha: Florence de Suiza, yo, John de Bilbao, Amaia de Bilbao, Neil el profe, Josquin de Suiza, Josu de Bilbao) y abajo de izquierda a derecha: Chris el otro profe, Rubén de Vitoria e Iratxe de Bilbao. La foto es de Iratxe.

De momento el tiempo se está portando bien, no ha hecho demasiado frío (aunque yo ya he sacado gorro, guantes, botas, abrigo de plumas y bufanda), sólo ha llovido un día (con ganas) e incluso dos días nos ha salido el sol. La temperatura suele ser de 9-12º.

Solemos cenar a las 5.30 y después quedamos. Algunos días hemos ido de compras o a sacar fotos, pero normalmente vamos a algún bar (Dartmouth, Bull Inn, King Georgetimos de euro. ¡Y está bueno! El pan tipo Bimbo por 45 peniques, las ensaladas por 50, 8 kiwis por 1 libra (y también he comprobado que están buenos), los fideos tipo noodles por 11 peniques… y así prácticamente todo (está siendo verdaderamente fácil, ya que pensé que como aquí son tanto de cerveza y tan poco de vino o de cubatas lo iba a tener un poco complicado. Aunque en general comer también me está resultando fácil, especialmente el tema de sándwiches que el pan sale buenísimo incluso sin tostadora (y sí, hay de todo: harina, cereales, bizcochos, galletas, pasta… y en más variedad que en Vitoria, lo que ya imaginaba).

Un pub al que solemos ir.

En cuanto a compras reales tranquilos, apenas he comprado algo que no fuera comida. Simplemente dos revistas de viaje, dos postales y dos adornos. Nada de ropa, aunque preveo que pronto caerán unas botas de lluvia. La comida es muy barata. A lo mejor si compras exactamente lo mismo que en España, o de calidad similar, puede que aquí sea más caro. Pero si realmente quieres comprar barato, Inglaterra es el país perfecto. Ayer compré un bote de tomate para el arroz (que venía en el libro de celíacos) por 18 peniques, unos 20 céntimos de euro. ¡Y está bueno! El pan tipo Bimbo por 45 peniques, las ensaladas por 50, 8 kiwis por 1 libra (y también he comprobado que están buenos), los fideos tipo noodles por 11 peniques… y así prácticamente todo (son productos que equivaldrían a la marca Eroski Basic, pero todavía más baratos.

Tienda en la calle.

Lo que de verdad me gustan son los mercados de calle. Tienen de todo, hasta he visto pan artesanal sin gluten. El viernes y el domingo estuve sacando algunas fotos, e incluso tuve que comprar una cebolla porque saqué esta foto a un puesto de verdura y el vendedor me debió de ver cara de querer saberlo todo acerca de todas esas verduras que él mismo cultivaba. Hay que decir que también me dio una manzana que estaban mejor que las del super.

Mercado del domingo.

Zumos de aquí.

Hippie market

Creo que con estos datos ya os vais a poder haciendo la idea de cómo es el lugar y de cómo se vive por aquí. En las próximas entradas, los sitios que ya he visitado.

Otro de los pubs.